Web3: La guía del autoestopista para no volver a arruinar Internet
Y ahora, parada en el precipicio de web3 como un pingüino confundido al borde de un trampolín muy alto, la humanidad estaba a punto de intentar algo brillante o catastróficamente estúpido: la historia sería la jueza. Este nuevo paradigma prometía descentralización, transparencia y centrado en el usuario, lo que sonaba sospechosamente a las promesas hechas por las últimas tres revoluciones de Internet que nos trajeron la cultura de los influencers y los NFT de los simios de dibujos animados.